NERVIO VESTIBULOCOCLEAR
Este nervio posee dos porciones: el nervio vestibular y el nervio coclear. Su función es llevar información sensitiva desde el oído interno hacia el Sistema Nervioso Central. El nervio vestibulococlear emerge del tronco encefálico en el ángulo cerebelopontino, desde donde se dirige lateralmente por la fosa craneal posterior hasta entrar al meato acústico interno junto al VII par craneal (Nervio Facial). Sus fibras se distribuyen en diversas regiones del oído interno.
Nervio Vestibular
El nervio vestibular lleva información propioceptiva desde el utrículo y sáculo relacionada con la posición de la cabeza, también conduce información desde los canales semicirculares relacionada con los movimientos de la cabeza. Está compuesto por los axones de neuronas bipolares cuyos somas se encuentran en el ganglio vestibular del oído interno. Estos axones penetran al tronco encefálico en el ángulo cerebelopontino, lateralmente al nervio facial, y una vez en los núcleos vestibulares, se dividen en cortas fibras ascendentes, largas fibras descendentes, y un pequeño número de fibras que penetran directamente al cerebelo por el pedúnculo cerebeloso inferior.
Los núcleos vestibulares reciben aferencias del útriculo, sáculo y canales semicirculares a través del nervio vestibular. Estos además reciben aferencias del flóculo y núcleos fastigios del cerebelo a través del pedúnculo cerebeloso inferior.
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Las eferencias de los núcleos vestibulares se proyectan:
1) Al nódulo, flóculo y língula del cerebelo ipsilateral a través del pedúnculo cerebeloso inferior.
2) A la médula espinal por los tractos vestibuloespinal lateral y medial. Las fibras terminan sinaptando en el asta anterior con interneuronas y selectivamente con motoneuronas de los músculos extensores. A través de este tracto, el oído interno y el cerebelo se encargan de facilitar la actividad de los músculos extensores e inhibir a los flexores, relacionándose así con la mantención del tono muscular y las posturas antigravitatorias (por ejemplo, la posición erecta).
3) A los núcleos del III, IV, VI y accesorio del espinal a través del fascículo longitudinal medial. Estas conexiones permiten coordinar los movimientos de la cabeza y de los ojos para mantener la fijación visual de un objeto.
4) A la corteza cerebral del giro postcentral, cerca de la cisura lateral, mediante un relevo en el núcleo ventral posterolateral del tálamo. Es posible que de esta manera la corteza cerebral regule concientemente la orientación del individuo en el espacio.
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